En el año 1268, el científico inglés Roger Baconacon encontró la solución para aquellas personas que habían dejado de ver con la nitidez con que veían previamente. Bacon dijo que podrían leer letras diminutas mirando a través de un trozo de cristal "que tuviera la forma del segmento menor de una esfera, con el lado convexo (redondeado) orientado hacia el ojo".
En pleno siglo XXI, las gafas, las lentes de contacto y la cirugía ocular para corregir los problemas de vista o sustituir partes deterioradas del ojo son el pan de cada día. En la actualidad, se pueden corregir incluso algunos tipos de ceguera gracias a los avances que han tenido lugar en el campo de la oftalmología.
Incluso aunque tengas la suerte de tener una visión perfecta, de 20/20, es importante que te cuides y te protejas bien los ojos de posibles lesiones e infecciones para mantenerlos en perfecto estado.
La vista: aspectos básicos
Una de las mejores cosas que puedes hacer por tus ojitos azules (o verdes o marrones o castaños o de cualquier otro color) es dejar que tu médico te los examine en cada visita médica. Si tienes problemas de vista o sueles tener dolor de cabeza al final del día, explícaselo a tu padre o a tu madre para que te lleve a un especialista.
Un oftalmólogo (u oculista) es un médico especializado en examinar, diagnosticar y tratar los ojos y los problemas oculares. Un optómetra tiene formación para diagnosticar y tratar la mayoría de los problemas oculares que tratan los oftalmólogos, exceptuando los tratamientos quirúrgicos.
Es una buena idea que vayas al oftalmólogo para que te haga una revisión por lo menos cada dos años o incluso más frecuentemente si tienes antecedentes familiares de problemas oculares, como glaucoma o cataratas precoces.
Problemas de vista más frecuentes
¿Te has preguntado alguna vez si hay algo de cierto en lo que te han explicado sobre cómo debes cuidarte los ojos? Por ejemplo, tal vez te hayan aconsejado que sentarse demasiado cerca del televisor o del ordenador puede estropear la vista. Pero, de hecho, no es verdad. Es posible que también te hayan dicho que utilizar una lamparita de noche en vez de una luz ordinaria para leer provoca miopía, pero no hay pruebas científicas que avalen esta afirmación. Si lees con poca luz, probablemente se te cansarán más los ojos, pero no te estropearás la vista.
Entonces, ¿cuál es la causa de muchos de los problemas de vista más frecuentes? A menudo, la culpable es la forma del ojo. Una persona con una visión de 20/20 tiene unos ojos perfectamente redondos, como una pelota de tenis. Los ojos de las personas que necesitan gafas o lentes de contacto graduadas para ver suelen tener formas diferentes, en vez de ser perfectamente redondos.
La miopía es uno de los problemas de vista más frecuentes entre los jóvenes. Cuando un joven tiene miopía no puede enfocar correctamente las cosas que están lejos. Las personas miopes tienen los ojos ligeramente más alargados de lo normal, tomando la medida de delante a atrás. Esta longitud de más determina que la luz se enfoque delante de la retina (la parte del ojo que recibe imágenes y las envía al cerebro) en vez de sobre la retina propiamente dicha, lo que repercute sobre la nitidez de las imágenes. Las gafas o las lentes de contacto graduadas permiten corregir fácilmente este problema.
La hipermetropía es otro problema de vista. Las personas con hipermetropía no pueden enfocar correctamente las cosas que están cerca porque tienen los ojos ligeramente más cortos de lo normal de delante a atrás. En las personas hipermétropes la luz se enfoca detrás de la retina en vez de sobre ella, lo que les provoca una visión borrosa. Las personas que tienen una hipermetropía importante necesitan llevar gafas graduadas. Pero he aquí un dato interesante: ¡muchos bebés nacen con hipermetropía! Pero sus globos oculares se van alargando a medida que crecen, de modo que la mayoría de ellos acaban superando este problema con la edad.
Otro problema de vista en que el ojo tiene una forma distinta a la normal es el astigmatismo. En el astigmatismo, la córnea no es perfectamente redonda. Para ver bien, sea de cerca o de lejos, las personas con astigmatismo necesitan llevar gafas o lentes de contacto graduadas.
Al cumplir 18 años, cuando los ojos están completamente desarrollados y es menos probable que cambien, algunas personas prefieren corregirse la miopía mediante cirugía refractaria para no tener que llevar lentes de contacto o gafas graduadas nunca más. La cirugía refractaria es un procedimiento, generalmente realizado con láser, que modifica la forma del ojo para influir sobre el modo en que la luz entra en él y forma las imágenes, permitiendo que la persona vea mejor. La cirugía refractaria se puede realizar a veces en personas con hipermetropía o astigmatismo una vez los ojos han madurado y dejado de crecer.
Qué hacer ante los problemas y lesiones oculares más frecuentes
La principal regla empírica sobre cuándo ir al especialista si se te lesionan o te duelen los ojos es: "¡en caso de duda, ve!"
Si tienes los ojos rojos, dolor ocular que no remite tras un período de tiempo breve o experimentas cualquier cambio en la visión, deberías ir a un especialista para que te examine los ojos.
Si te entra algún elemento extraño de pequeño tamaño en un ojo, como arena, serrín o virutas de metal, no se te ocurra frotarte el ojo. Lávatelo con un chorro de agua tibia (tal vez te resulte más fácil hacerlo en la ducha). Si después de lavarte el ojo sigues teniendo la sensación de tener algo dentro, asegúrate de ir a un especialista.
Si te has dado o te han dado un golpe en un ojo y este tiene un aspecto extraño o parece estar sangrando, o si experimentas cambios en la visión o dejas de ver, ve inmediatamente a un servicio de urgencias hospitalarias para que te examinen el ojo.
Una de las lesiones oculares más frecuentes en los jóvenes es la úlcera de córnea, también denominada “abrasión corneal”, que suele estar relacionada con el uso de lentes de contacto o la práctica de determinados deportes. Cuando una persona tiene una úlcera en la córnea, tiene la sensación falsa de que se le ha metido algo dentro del ojo. Los ojos se le irritan y enrojecen, le lagrimean y son sumamente sensibles a la luz, lo que se conoce como “fotofobia”.
Si crees que puedes tener cualquier tipo de lesión ocular y habitualmente llevas lentes de contacto, deja de usarlos hasta que te vea un especialista. Llevar lentes de contacto cuando se tiene una lesión ocular puede lesionar los ojos todavía más y/o provocar una infección. Pero no te preocupes; si tienes una úlcera en la córnea, probablemente se te curará en una o dos semanas si te pones los colirios que te indique el oftalmólogo y dejas de llevar lentillas. Tal vez detestes tener que volver a ponerte tus viejas gafas, pero solo será durante poco tiempo — ¡y evitarás lesionarte permanentemente los ojos!
Cuídate los ojos
Del mismo modo que te pones el cinturón de seguridad cada vez que vas en coche, es una buena idea que te protejas los ojos antes de que les ocurra algo malo.
Llevar gafas de sol ocupa un lugar prioritario en la lista de cosas que debes hacer para protegerte los ojos. Cómprate unas gafas de sol con protección ultravioleta (UV) y póntelas siempre que te expongas directamente a los rayos solares. La luz UV provoca lesiones duraderas en las estructuras internas del ojo, el uso de gafas de sol siempre que te expongas a los rayos solares te ayudará a prevenir problemas oculares como las cataratas y la degeneración macular. Las cataratas son una afección en la cual el cristalino se va volviendo opaco, lo que repercute negativamente sobre la visión. La degeneración macular es una enfermedad ocular en la cual la mácula, una estructura que hay en el interior del ojo que permite ver, se deteriora gradualmente, provocando pérdidas de visión o incluso ceguera. (¿Necesitabas otra razón para no fumar? Fumar aumenta el riesgo de desarrollar degeneración macular.)
También puedes cuidarte los ojos poniéndote gafas especiales u otro tipo de protectores oculares siempre que practiques deportes de raqueta donde se pueden lanzar pelotas a gran velocidad, como el tenis, el squash o el frontón, y cuando hagas prácticas el laboratorio de ciencias o en el taller de manualidades. ¡Un ojo desprotegido se puede lesionar gravemente en menos de un segundo! Y no te acerques a los lugares donde se lancen fuegos artificiales por el riesgo de explosión e incendio asociado. ¿Para qué exponer tus ojos a riesgos innecesarios?
Aunque mantenerse alejado de los fuegos artificiales probablemente parece una forma obvia de protegerse los ojos, tal vez no te hayas planteado cómo protegértelos cuando estás en tu casa. Pero algo que tal vez hagas cada día —mirar fijamente una pantalla de ordenador durante mucho rato seguido— puede provocarte fatiga ocular. Esto se debe a que la mayoría de la gente parpadea aproximadamente 10 veces por minuto. Pero, cuando miras algo fijamente, solamente parpadeas dos o tres veces por minuto. ¡Lo mejor que puedes hacer es parpadear más! También ayuda el hecho de modificar el foco frecuentemente. Mira algún objeto que haya en la otra punta de la habitación durante unos segundos y luego vuelve a mirar la pantalla de ordenador.
Si te notas los ojos secos e irritados cuando utilizas el ordenador, usa lágrimas artificiales. De todos modos, no utilices productos para eliminar el enrojecimiento de los ojos, ya que contienen una sustancia química que, a pesar de eliminar temporalmente el enrojecimiento ocular, hace que con el tiempo los ojos tengan todavía peor aspecto.
Si tienes algún problema médico como la diabetes o la
artritis reumatoide juvenil, deberías cuidarte especialmente los ojos porque estos trastornos te colocan en situación de riesgo de desarrollar enfermedades oculares graves. Asegúrate de ir al oftalmólogo por lo menos una vez al año si padeces algunas afección médica que puede afectar a la vista. Dependiendo de tu situación, es posible que el oftalmólogo necesite examinarte los ojos incluso como cada tres meses.
Prevenir las infecciones oculares
También puedes protegerte los ojos previniendo las infecciones oculares. La
conjuntivitis es una afección ocular que puede estar provocada por un virus, una bacteria, una reacción alérgica, un producto químico o un irritante (algo que entra en el ojo). Las conjuntivitis de origen infeccioso, es decir, las provocadas por
gérmenes como los virus y las bacterias, se contagian fácilmente de una persona a otra. Por ejemplo, si te tocas los ojos después de estrechar la mano a una persona que tiene un fuerte catarro y conjuntivitis, podrías contagiarte y desarrollar una conjuntivitis.
Para evitar contagiarte con los gérmenes que provocan infecciones oculares:
No compartas lápices, aplicadores de rimel o sombra de ojos con nadie.
Al ponerte gotas en los ojos, evita que el dispensador del frasco de colirios entre en contacto con las manos o los ojos porque podrías contaminarlo con gérmenes.
No te metas nunca las lentillas en la boca para humedecerlas. En la boca hay muchos virus y bacterias, a veces incluso los que provocan el herpes labial, que podrían infectarte fácilmente los ojos.
¡Lávate las manos regularmente!
Gafas y lentes de contacto
Si necesitas gafas o lentes de contacto, he aquí algunos consejos que puedes seguir para obtener los mejores resultados. A la hora de elegir unas gafas, recuerda que, por lo general, las monturas de tamaño reducido te irán mejor. Cuanto más grande sea la montura, más distorsión provocará y no verás tan bien.
Si llevas lentes de contacto, sigue al pie de la letra las instrucciones del oftalmólogo en lo referente a cómo y cuándo las debes limpiar, cuántas horas seguidas las puedes llevar sin problemas y cuándo deberías sustituirlas por otras. En caso contrario, podrías desarrollar infecciones graves o úlceras en los ojos que, aparte de ser dolorosas, tienen difícil tratamiento y pueden requerir meses de medicación o incluso cirugía.
Los ojos y la vista son algo a lo que nadie quiere renunciar. Si quieres que te sigan funcionando bien durante los muchos años que tienes por delante, protégetelos bien ahora y cuídatelos lo mejor que puedas.
Bibliografía