La principal indicación de la cromovitrectomía es la tinción de las estructuras transparentes de la interfase vitreorretiniana. La primera mención de este procedimiento se remonta a finales de los años 70 cuando Abrams mencionó la aplicación de la fluoresceína sódica en la identificación del vítreo. Desde aquel momento, no se volvió a hablar de estos procedimientos hasta el inicio del presente siglo, cuando se consideró que una mejor definición del tejido podría reducir el trauma tisular asociado (en especial sobre la capa de fibras nerviosas de la retina) tras los primeros resultados publicados por Eckardt en el pelado de la membrana limitante interna (MLI) para el tratamiento del agujero macular. A partir de este momento, la tasa de éxito en el cierre de los agujeros maculares alcanzó hasta un 96% de los casos, frente al 58 a 95% previo descrito por algunos autores. Para lograr este objetivo se utilizaron colorantes de uso intravenoso en Oftalmología (fluoresceína y verde indocianina, ICG), y se aprovecharon las propiedades de la triamcinolona para la tinción del vítreo (ya observadas tras su inyección por Peyman y posteriormente aplicadas por Burk para la tinción del vítreo prolapsado a la cámara anterior).
El pelado quirúrgico de la MLI puede lesionar la capa de fibras nerviosas (con el consiguiente defecto de campo visual descrito hasta en un 50% de los casos), y dañar el epitelio pigmentario de la retina (EPR). Los defectos campimétricos postquirúrgicos se han relacionado con el trauma quirúrgico a la papila, con el intercambio líquido-gas (por la deshidratación del tejido), con la elevación de la presión intraocular postoperatoria y con el traumatismo directo de la retina. Tanto el trauma quirúrgico como la fototoxicidad pueden producir una lesión del EPR que se manifiesta en forma de hiperpigmentación o hipofluorescencia en la AFG.
TÉCNICA DE APLICACIÓN DEL COLORANTE DURANTE LA VITRECTOMÍA
Se han descrito diferentes técnicas de tinción en la cavidad vítrea con colorantes vitales. Una de estas formas es la denominada «técnica seca» que se realiza con el ojo lleno de aire, tras la eliminación del líquido de la cavidad vítrea seguida de un intercambio líquido gas antes de la inyección del colorante. Este procedimiento plantea la ventaja de una mayor concentración de colorante sobre la retina y de evitar el contacto del mismo con el cristalino, a expensas de inducir una posible toxicidad retiniana debido a su elevada concentración.
El segundo procedimiento es el «método húmedo» que se lleva a cabo con el ojo lleno de líquido (por lo general de una solución salina balanceada) mientras se inyecta el colorante sobre la superficie de la retina. En estos casos la concentración del colorante es menor al estar diluido en el fluido de la cavidad vítrea, con el inconveniente de que el colorante se puede dispersar y teñir otras zonas de la retina o los cristaloides posteriores. Czajka y cols. Compararon ambos procedimientos en un modelo de ojos de cerdo y hallaron que el primer procedimiento se asociaba a una mayor incidencia de atrofia del EPR y degeneración de la retina externa.
Harbin y Chu han desarrollado un sistema de aplicación del colorante, el VINCE (Vitreoretinal INternal limiting membrane Color Enhancer; Dutch Ophthalmic, Zuidland, Países Bajos), que consiste en un pincel formado por una cánula de reflujo modificada de 20 G que contiene un tubo de silicona rodeado por una cánula de metal, permite pincelar el colorante directamente sobre el tejido para una mejor visualización al tiempo que se evita la tinción no controlada del EPR del agujero macular y de la retina periférica.
Para evitar el contacto del colorante con el EPR tras su paso por el agujero macular, se ha propuesto realizar la inyección lentamente, empleando dispositivos como VINCE, o colocando una burbuja de líquido sobre el agujero (perfluorocarbono líquido, sangre entera antóloga y hialuronato sódico). Se ha utilizado el perfluorocarbono líquido (PFCL) como agente protector del EPR en el agujero macular cuando se tiñe con ICG ya que son inmiscibles. Scupola et al han comunicado los resultados a 1 año protegiendo el EPR con PFCL, sin observar defectos a nivel del EPR y con una agudeza visual media final de 20/50; sin embargo, su empleo incrementa el costo de la cirugía y los tiempos quirúrgicos y es necesario aspirar completamente el PFCL para evitar la toxicidad retiniana. Lai et al tras el empleo de sangre autóloga para proteger el EPR de la ICG, observaron que se reducía el daño celular y que no se apreciaban diferencias entre los ojos tratados con sangre entera, plasma o concentrados de hematíes, sin que se apreciaran daños al tejido ni quedaran restos de ICG al cabo de 1 mes de seguimiento.
El azul brillante (BriB) conocido también como Azul Ácido o Coomassie, es un colorante aniónico del grupo del aminotriarilmetano con fórmula empírica C47H48N3S2O7Na y un peso molecular de 854 dalton. Se emplea como colorante alimenticio y se ha empleado fuera de indicación en la tinción de la cápsula y en vitrectomía y fue aprobado en la Unión Europea en 2007 como Brilliant peel (Fluoron/Geuder, Heidelberg, Alemania).
Bibliografía
MONTERO MORENO, R. M. (2010). OFTALMO.Sociedades oftalmológicas de España. Recuperado el 12 de mayo de 2016, de http://www.oftalmo.com/studium/studium2010/stud10-2/10b-04.htm